FOTOS por Rodolfo Walsh

FOTOS. Rodolfo Walsh: impresiones personales.

. “Mauricio apretó el disparador y chau… con un costado de la cara en estado gaseoso y los ojos como de vidrio aterrado”, algo que Mauricio le definió al narrador y protagonista principal como un “efecto”, lo cual lo interpreto como una alusión indirecta de naturaleza metafórica comparando el accionar de la cámara como un arma, ambos objetos que a su vez vemos interconectados con un fin igual y vinculados en la participacion del escenario tragico del suicidio meticulosamente, primero, ejecutado por el disparo del arma de fuego, que ”le borra un costado de la sien”, y en segundo casi inmediato lugar, documentado por el disparo de la camara Rollei. Además, aquel efecto que utiliza Mauricio para mostrar la cara del narrador como si estuviese en estado gaseoso, replicandolo también para la documentación de su muerte, la cual es una copia ”pobre” cuya calidad, asumo yo, no se pudo mejorar, cumpliendo así su cometido, asentándose así, la foto sacada a nuestro narrador lo que es para mí, un primer indicio del miserable final predecible pero escondido en la primera historia.

. “...pero por esa abertura, ese descuido del alma, entra algo insaciable y destructor. ¿Qué es?”; por segunda vez en el relato, se vuelve a poner foco sobre la expresión de Mauricio de “apretas el disparador y..” pero sin continuación, todavía una duda irresoluble, con lo cual el narrador percibe algo particularmente hermoso ante las ambiciones hambrientas por la aparente nueva pasión artística de su amigo, y sin embargo, con la frase que abstraje primero, podemos dar cuenta de una incógnita presente hasta la resolución de la historia, en la cabe destacar que a medida que esta continúa su avance, la violencia y la volatilidad en el comportamiento de Mauricio se hacen más presentes, que hacen dar cuenta de su pérdida de la cordura, y esa oscuridad solo recién se asoma por el costado de su rostro donfe encontró lugar su fin.

. “el agua quieta y las estrías del sol entre las nubes” “... un lugar último, un espejismo del corazón, y en todas partes estaba escrita la muerte”; quería decirle que volviera (a Mauricio)”.

. “Ahora habrá que poner un poco de orden”; “estaba esperando este día; “el nuestro (el partido) se murió”. El narrador, Jacinto Tolosa, se recibe de doctor en leyes e incursiona, por influencia primaria de su padre, en los caminos de la política luego de lo que parecer ser, el golpe de estado al en ese entonces (ya no) presidente Juan Domingo Peron. Entonces, el relato contiene en sí mismo dos historias contados de forma complementaria: el desarrollo personal, académico, político y en última instancia romántico de Jacinto, en contraposición con la erupción volcánica impredecible que es la vida de Mauricio, quien posee un vacío muy profundo que ni siquiera él puede dar cuenta de que se trata, pero que pretende llenar con obsesiones (la fotografía y el local, la misma Paulina) finitas, y que a su vez se nos es comunicado de manera indirecta, principalmente en cuando Jacinto comienza a describir aquella laguna que en varios momentos a significado el escenario de aventuras y momentos extraordinarios entre amigos, como un ambiente ahora sombrío, perpetuamente quieto donde “en todas partes estaba escrita la muerte”, lo cual es una percepción para Jacinto que aparece muy temprano en la temporalidad del cuento, y que augura precisamente, la tragedia que le da fin y que sucede en aquel mismo lugar donde se realizaron “ambos disparos”.

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